viernes, 23 de noviembre de 2007

Por lo menos, una al mes

Pues sí, qué menos que una entrada al mes en este dichoso blog, y mira que han ocurrido cosas en este tiempo... Y no lo digo porque me suponga una obligación escribir aquí, no me he impuesto un número mínimo de artículos ni nada de eso en plan columnista, pero no quiero perder la "costumbre".

Quiero que sepáis, si no os lo he contado aún, que mi abuela Julia finalmente se cansó definitivamente de vivir el pasado 31 de octubre. Antes de lo que nos esperábamos, como siempre ocurre cuando se va alguien querido; antes de lo que deseábamos. Desde entonces estoy como atontado, desganado, desmotivado. Bueno ahora ya ando mejor, pero las primeras semanas han sido muy raras. No estaba hundido, pero sí algo triste, no mucho, apagado. Desde que ocurrió me ha costado soltar lágrimas; al principio me preguntaba por qué cuando todos alrededor se veían muy afectados, sin embargo entiendo que cada uno tiene su ritmo y sus momentos. Debo reconocer que para mí ha sido una especie de regocijo el haber pasado momentos tranquilos con mi madre, en casa, hablando de la abuela, recordándola, llorando juntos, sentados los dos disfrutando del cariño que nos ha repartido toda su vida, tanto que casi siempre no se quedaba nada para ella.

Después de tantos años con la abuela nosotros ahora debemos seguir haciendo nuestras "nuevas" vidas, ciñéndonos a la llamada ley de vida que ella ya se puede saltar a la torera. Eso, porque le gustaban mucho las corridas de toros.

Ofú, se me saltan ahora las lágrimas, perdonadme un minuto...

Es que he recordado la ilusión que le hizo un regalo que le traje hace años, estuve en el rastro de Madrid y le compré un cartel de toros en el que aparecía su nombre entre sus dos matadores preferidos. En fin.

Como os decía, ya estoy mejor de ese apagón... Comienzo a tener cada vez más bombillas encendidas, aunque de bajo consumo ¿eh? No se me vayan a enfadar los defensores del medio ambiente a estas alturas. Lo de "ya estoy mejor" me recuerda inevitablemente a El Brujo: el pasado domingo fuimos a la función de Los Misterios del Quijote que representaba en el Teatro Alameda y contaba que para esta obra había estado investigando, investigando, investigando... pero ya estaba mejor, como que ya lo había superado. Así contado no tiene gracia, viéndolo me resultó gracioso porque parecía que ironizaba sobre los sesos pensantes pero es que además recordé a Reyes y su tesis y su investigación y no pude evitar aplicarle el símil. En general, con la obra una vez más me quedé prendado de la calidad y sencilez de sus representaciones, "teatro de vanguardia" como lo denomina él en tono irónico, de su manejo del lenguaje, de sus meta-monólogos (es que suelta monólogos sobre la propia obra, que ya es un monólogo), de sus notas de humor a veces simples, a veces irónicas, a veces negras, a veces buenas, a veces malas, a veces desternillantes, y de su expresión corporal, sus gestos, caras, movimientos. A mi entender, otro must-see (mira que me gusta esta expresión), no esta obra en concreto, sino este artista.

Sigamos encendiendo bombillas... Tengo un par de proyectos web entre manos de dos clientes que son dos amigas que tienen negocios dispares pero que me resultan cercanos en la idea que quieren representar. De momento sólo son proyectos en fase de estudio, pero poco a poco me van ilusionando y van prendiendo en mí cada vez más ganas de ir pasando a fase de diseño. Con estas tareas podré iluminar multitud de lucecitas de colores tanto por las propias webs como por las personas con las que trabajaré en caso de que sigamos adelante. Aparte de estos dos, ya resuenan tambores de renovación en otro sitio web de la empresa de otra amiga a la que quiero un montón, también ilusionante y que traerá "meneo" porque eso es lo que quiere la jefa, más movimiento. Pues que ponga el monitor encima de una lavadora, oiga, que hay modelos "mu apañaos" para conseguir ese efecto: véase el cortometraje Aquel ritmillo, de Javier Fesser.

Bombillas, luces... Inevitable Navidad. El Corte Inglés hace semanas nos la trajo como cada año cuando aún hace calor (amigos defensores del medio ambiente, hay que irse acostumbrando a que las navidades cada vez sean menos frescas) y cada vez hay más calles con interminables series de motivos navideños. ¿Serán esas bombillas de bajo consumo? ¿Y si en vez de bombillas usáramos adornos hechos de material reciclado que queden muy bonitos y no gasten tanta energía? Desconozco si esto ya se hace en algún lugar, pero seguro que alguna cabeza talentosa pensante es capaz de diseñar adornos preciosos que quizá sean algo más caros de fabricar, pero podrían ser más baratos de mantener.

Bueno familia voy dejando la escritura que le estoy robando tiempo y productividad a la empresa, no sea que vaya a perder millones en la Bolsa por culpa de un simple programador que se entretiene más de la cuenta en horas laborables.



taluegoooooooo